Romina Funes
Está mi casa doblada sobre la mesa
la precisión del papel como una estaca
“eso piensan, pero no es así”, me digo
y la imagen es un poco más
tuerce el filo de la tabla
corrige mejor que la sangre
mi ojo limpio ve la piedra que derriba el templo
(a esta hora en algún lugar del mundo hay un niño que juega)
entonces
como en uno de esos origami orientales
tomo de la mesa mi casa, la desdoblo y entro.
estás allí
preparás el té
cantás una canción que no recuerdo
y como en uno de esos origami
también me desdoblo
salgo de mí
me quedo con vos en mi casa
tomamos el té
“Eso piensan, pero no es así”, me digo
el ojo limpio ve la piedra otra vez:
a esta hora, en algún lugar del mundo, hay un niño que juega
toma en sus manitos nuestro papel
lo sostiene por un instante
pareciera que va a desdoblarlo
pero sonríe
nos mira
y lo rompe en mil pedazos.
CIELO
Insistimos una o dos veces en el basural
jugamos una rayuela corta
masticamos la piedrita igual que los locos.
Había pedazos de cielo en la calle
los recogimos con cuidado
y al llegar a casa los armamos
nos quedamos absortos
viendo cómo giraban las estrellas
Un Modelo Vivo (Ed. Nueva Generación, 2012)
Una hoja de menta
silba el nombre que nos contiene
por encima de la mesa
dentro del cubo negro
la hoja sorda todavía de piel crece
somos la mitad de la visión te digo
mientras palidecen y mueren
alrededor de la maceta
aquellos que no pudieron con nosotros
muerdo tus labios y muerdo la hoja:
debajo brilla excesiva e inmune la raíz.
Me falta decir sobre las hormigas
que no puedo precisarlas
la tarde irremediable
las reduce a su inconstancia
yo temo pisarlas
o que me aplasten
no sé
con el paso de las horas
el miedo crece
hormigas
cada vez más pequeñas
arbitrarias y eventuales
quedan pegadas al zapato
otras
más grandes
caen del techo como las arañas
y dentro del mismo ritual
junto a sus hojas
cortan círculos de mi piel
y los dejan en la alfombra
así
mordisquean y engordan
toda la tarde
Pero
en algún momento el sol cae
se oyen
el ascensor
la puerta
tus pasos
tu pecho categórico sobre mi
tus manos en mi pelo
y yo
que sonrío
y vuelvo a la realidad de mi tamaño.
Hay un desierto
cáscara del río que ya no es
regresan allí las estaciones
suceden días a los más viejos
y como cualquier otro hecho menor
la gente concibe
a veces
una vertiente arrastra un poco de algo fresco
pero es tan solo un efecto
como imaginar que bebemos
o tus manos otra vez
estremecen la quietud y los buenos modos
nada me diferencia de la ceniza.
La parte visible
opaco ya el circuito
áspero
esa carne de sangre
viva seca
esa carne sangre
brecha de mí
soy uno de esos animales
que despellejan vivos
para utilizar su piel
vos lucís el abrigo.
Todo el Paisaje a la sombra (Ed. Lamás Médula 2015)
Romina Funes nació en 1981 en Gral. San Martín, provincia de Buenos Aires, Argentina. Desde 2010, organiza y conduce el ciclo “Letras & Música” (poesía, cuentos y música en vivo). Publicó Un modelo vivo (Editorial Nueva Generación, 2012), Todo el paisaje a la sombra (Editorial Lamás Médula, 2015) y Diez Noches en el Cuadrado (Editorial El jardín de las delicias – 2015). Algunos de sus poemas han sido traducidos al inglés, francés, portugués y rumano y publicados en revistas culturales del país y del exterior. Participó de varias antologías, entre ellas Poetas del Nuevo Milenio (compilación de Fredy Yezzed, Colombia), Cómo decir (compilación de Patricia Bence Castilla, editorial Ruinas Circulares, Argentina) y Puentes Poéticos – escritoras jóvenes de Argentina y España (selección de Susana Szwarc , Ediciones del IMFC, Argentina). Su obra Diez Noches en el Cuadrado ha sido llevada al teatro y estrenada en la UNSAM (Universidad Nacional de San Martín) en noviembre de 2017, bajo la dirección de Roxana Bernaule y participado de festivales regionales obteniendo mención especial.
Muy bueno
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Me alegra ! Abrazo
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🙏
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